La importancia de la estimulación temprana

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La estimulación temprana se basa en proporcionar a los niños, desde recién nacidos hasta sus primeros años, las mejores oportunidades de desarrollo físico, intelectual y social para que potencien sus capacidades y habilidades y le permitan estar más abierto a estímulos intelectuales y físicos de calidad.

Este conjunto de estímulos se suele proporcionar desde su nacimiento hasta los 6 o 7 años, que es cuando tenemos mayor plasticidad cerebral. Aunque la estimulación temprana más oportuna se realiza en bebés recién nacidos a los 3 meses de vida.

Durante esta etapa se perfecciona la actividad de todos los órganos de los sentidos, en especial, los relacionados con la percepción visual y auditiva de los niños, esto le permitirá reconocer y diferenciar colores, formas y sonidos.

Para favorecer el óptimo desarrollo del niño, las actividades de estimulación se enfocan en cuatro áreas: área cognitiva, motriz, lenguaje y socio emocional.

Área cognitiva: Le permite al niño comprender, relacionar y adaptarse a nuevas situaciones, haciendo uso del pensamiento y la interacción directa con objetos y el mundo que lo rodea. El desarrollo de esta área requiere de experiencias, para que el niño pueda desarrollar de forma más oportuna sus niveles de pensamiento, su capacidad de razonar, poner atención, seguir instrucciones y reaccionar de forma rápida ante diversas situaciones.

Área Motriz: Esta área está relacionada con la habilidad para moverse y desplazarse, permite al pequeño tener mayor contacto con el mundo y comprender la coordinación entre lo que ve y lo que toca. El desarrollo motriz área permite al niño tocar, manipular e interactuar con los objetos que tiene a su alrededor en un ambiente controlado.

Área de lenguaje: Está referida a las habilidades que le permitirán al niño comunicarse con su entorno. La capacidad comprensiva se desarrolla desde el nacimiento ya que el niño podrá entender ciertas palabras mucho antes de que puede pronunciar un vocablo con sentido.

Para el adecuado desarrollo de cualquiera de estos estímulos es necesaria la participación de los padres o algún familiar como primeros generadores de vínculos afectivos, es importante brindarles seguridad, cuidado, atención y amor, además de servir de referencia o ejemplo pues aprenderán cómo comportarse frente a otros, cómo relacionarse, en conclusión, cómo ser persona en una sociedad determinada. Los valores de la familia, el afecto y las reglas de la sociedad le permitirán al niño, poco a poco, dominar su propia conducta, expresar sus sentimientos y ser una persona independiente y autónoma.

La estimulación temprana sirve tanto para niños sanos y también para aquellos pequeños con trastornos reales o potenciales en su desarrollo, lo que permite estimular sus capacidades compensadoras.

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