Parkour y lesiones: lo que debes saber

Parkour y lesiones: lo que debes saber
El parkour es mucho más que saltar entre muros: es una disciplina que combina fuerza, velocidad, concentración y control corporal para desplazarse de manera eficiente por el entorno. Quienes lo practican suelen tener una gran condición física y una mentalidad de superación constante. Sin embargo, también es una actividad con un alto nivel de exigencia para el cuerpo y, si no se practica con preparación, puede provocar lesiones musculoesqueléticas importantes.
¿Por qué es tan popular el parkour?
En los últimos años, el parkour ha ganado seguidores en todo el mundo, especialmente entre adolescentes y jóvenes adultos. Es accesible, no requiere equipo costoso y permite expresarse a través del movimiento. Se puede practicar en espacios urbanos, parques o gimnasios especializados. Pero lo que pocos cuentan es que esa libertad corporal debe ir acompañada de conciencia física, técnica y cuidados preventivos.
Lesiones más comunes en el parkour
La intensidad del entrenamiento, la repetición de saltos y acrobacias, así como el impacto constante contra superficies duras, pueden dar lugar a diversas lesiones ortopédicas:
Esguinces de tobillo y muñeca, por caídas o aterrizajes inadecuados.
Contusiones en piernas, codos o costillas por golpes repetitivos.
Fracturas en extremidades, sobre todo en manos, brazos o clavículas.
Tendinitis en rodillas o codos, debido al sobreuso o a técnicas incorrectas.
Dolor lumbar o de rodillas, causado por impactos mal absorbidos o debilidad muscular.
En jóvenes que apenas comienzan, también es frecuente el dolor en las espinillas, las contracturas musculares y, en casos más serios, las lesiones en ligamentos.
¿Cómo prevenir lesiones al practicar parkour?
Aunque parezca una actividad espontánea, el parkour requiere entrenamiento estructurado y progresivo. Aquí algunas recomendaciones clave:
Calentar correctamente antes de cada sesión.
Trabajar la fuerza del core y la estabilidad articular.
Respetar los límites del cuerpo y no intentar maniobras avanzadas sin preparación.
Usar calzado adecuado que absorba impactos.
Entrenar bajo la supervisión de alguien con experiencia, especialmente en la fase inicial.
¿Cuándo acudir al médico?
Si después de una caída hay dolor persistente, inflamación, pérdida de movilidad o sensación de inestabilidad en una articulación, lo recomendable es no ignorarlo. El diagnóstico temprano de una lesión puede marcar la diferencia en la recuperación.
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